Joaquín Martínez de Pasqually

Jaime Joaquín de la Torre de la Casa Martínez de Pasqually



La gran mayoría de la información existente sobre Pasqually resulta ser bastante confusa y oscura. Generalmente se establece que su nombre sería Jaime Joaquín de la Torre de la Casa Martínez de Pasqually, nacido entre 1710/1725 en Grenoble (Francia), aunque Willermoz particularmente ubicaba su nacimiento en España. Sería Martínez el nombre con el que lo reconocerían sus discípulos.
 

Tras el encuentro de algunos documentos, se podría decir que Martínez provenía de una familia de judíos conversos que vivían en Grenoble, pero que su procedencia era Española. Se estima que sus conocimientos fueron heredados a través de la tradición oral que sus familiares hubieran recibido en España a manos del esoterismo judeo-cristiano. A este respecto Pasqually hace referencia a ciertos maestros de quien aprendió.
 

Según A. E. Waite, en su libro "Tradición secreta de la francmasonería", expresa que: Martínez describe a sus maestros como amigos fieles, apreciados por la sabiduría verdadera y protectora.
 

Su vida estuvo enteramente dedicada y consagrada en llevar adelante la construcción de la Orden de los Caballeros Masones Elus Cohen del Universo. Elus significa Elegidos, Cohen Sacerdotes, por tanto su ideal era reconstruir un Culto que, llevado hacia un particular Rito masónico, pudiese elevar a sus miembros hacia ese estado glorioso, es decir: volverse aquellos Sacerdotes Elegidos por la Gracia de Dios.
 

Tras la puesta en marcha de la primera Logia en Bordeaux, Martínez prontamente expande en Francia su particular filosofía y operatividad en las distintas logias Cohen nacientes. Su obra, sin embargo, nunca sería culminada del modo en que el Maestro la ideó, y tras su muerte la Orden entraría en sueño.
 

Sin embargo el fundamento primordial de su transmisión seguirá adelante bajo dos vías principales. Una a través de J. B. Willermoz; otra bajo L. C. de Saint-Martin.
 

El principal objetivo de la Orden de los Elus Cohen era la de Reintegrar al hombre a su gloria original, conduciéndolo allí de la mano, enseñándole a conocerse, a considerar las relaciones que existen entre él y la naturaleza entera de la que él debería ser el centro si no fuera porque se apartó de este origen, y en fin, a reconocer al ser supremo del que ha emanado, según lo expresa V. d´Aignan.
 

Martínez dice que: "la Orden comprende una ciencia verdadera, basada sobre la verdad pura y simple. Es imposible que el sofisma la gobierne o que la charlatanería impere en ella. Por el contrario, la falsedad solo ocurre una vez lejos de ella, mientras que la verdad se mantiene"
 

Martinez de Pascualy afirmaba que en cada ser humano había algo divino adormecido que era preciso revivir. Según Martínez esta centella divina podría ser inflamada al punto de ser liberados del materialismo y el adormecimiento espiritual.

Sobre tales condiciones el hombre es capaz de adquirir poderes, los cuales le permitirán "comunicarse con seres invisibles, llamados por la Iglesia Ángeles, y obtener no sólo una santidad personal, sino también la santidad de todos los discípulos de buena voluntad".
 

Transformar al hombre de esta forma, sería Regenerarlo y Reintegrarlo gradualmente a su estado original; sería capacitarlo para alcanzar aquel estado perfecto que cada individuo y sociedad debería buscar.
 

Martínez de Pasqually escribió (o dictó) un texto que serviría como auxilio para su transmisión oral sobre el Culto que los Reaux Croix (el más alto grado dentro de la Orden de los Elus Cohen) debían realizar. Este texto es reconocido con el nombre de "Tratado de Reintegración de los Seres en sus primeras propiedades, virtudes y poderes superiores, tanto espirituales como divinos".
 

Decía que: "la ciencia que enseño es cierta y verdadera, ya que ella no emana de los hombres...Nunca procuré inducir una persona al error, o engañar a los que a mí vinieron de buena fe para recibir, cualquiera fuese, el conocimiento que mis antecesores me transmitieron"
 

Para comprender mejor su cualidad y condición humana, citaremos sus propias expresiones:
 

"Soy solo un frágil instrumento que Dios quiere bien, desmerecido que soy para ser usado por Él para recordar a los hombres, mis compañeros, su primer estado constitutivo que hablaría espiritualmente al hombre o a su alma, para hacerle entrever, verdaderamente, que él es un ser divino, creado a imagen y semejanza de aquel Todo-Poderoso"
 

"Somos todos hombres, y como tales, ninguno de nosotros es justo delante de Dios. Recordemos que Él no nos envió aquí para Sí mismo, sino en nuestro favor, para nosotros mismos. Depende de nosotros estar en Él, ya que es a solas que podemos encontrar descanso para nosotros mismos"
 

Pasqually viaja a Santo Domingo en el año 1772 para recibir una herencia, falleciendo en Puerto Príncipe en 1774.

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